El Santo
Oficio o Tribunal de la Santa Inquisición no fue nunca bien recibido por parte
de las instituciones gallegas, por lo tanto, no le fue fácil instalarse en Santiago
de Compostela
Desde
mediados del Siglo XVI lo intentaron constantemente, con primeros tentativas
entre los años 1562 - 1566, hasta que
finalmente consiguieron establecerse en Santiago de Compostela en el año 1574.
Entre los
primeros problemas con los que se encontraron los Inquisidores, estaba la dificultad
para encontrar un inmueble adecuado para su sede y actividades, y poder
comprarlo o directamente ocuparlo , ya que no había realmente buena disposición por parte de
los propietarios a llegar a acuerdos con la Institución.
Pero como
poderoso caballero es don dinero, y tal y como ocurrió en otras muchas ciudades
españolas, siempre aparece alguien dispuesto a negociar.
Así ,
encontraron acomodo en el Palacio de Monterrey, propiedad del Conde del mismo
nombre que si bien hizo ostentación pública
de su gran disgusto al conocer el
destino de su propiedad….imaginamos que tampoco disimuló su agrado al recibir
los reales correspondientes a su venta.
Estas
dependencias se encontraban en la Plazuela de San Miguel, en linde con el
Monasterio Benedictino de San Martín Pinario.
La costumbre
del Santo Oficio a instalarse rápidamente en una localidad , motiva que tengan
que adaptar al tipo de edificio en el que se van a alojar sea cual sea su
estructura , por lo que no hay una tipología o similitud arquitectónica en sus
sedes …, aunque luego, las funciones que desarrollaron en el interior…………les
llevaron a necesitar unas estancias muy
concretas.. que fueron paulatinamente modernizando hasta crear una especie de
patrón en todas sus sedes , con dependencias comunes en su interior aunque la estructura general del edificio no tenga que ver en unas ciudades con respecto a otras en las que se fueron asentando.
Las
dependencias habituales en las estancias de la Santa Inquisición serían fundamentalmente estas::
1: Dependencias
judiciales y para el Tribunal.
2: Dependencias
penitenciarias y habitacionales, (aquí se incluye la cárcel y salas de tormento).
3: Oficinas
y aulas.
4: Sala Audiencias
( en la que se interrogaba y juzgaba a los reos ).
5: Sala del
secreto (dedicadas a los despachos de los inquisidores, antesalas a la
audiencia y lugares para mantener en
espera a presos y testigos, en secreto si fuera necesario…
6: Archivo
7: Oratorio.
Los inquisidores arrancaban confesiones por
el método de la tortura para lo que en ocasiones el tormento también contaba
con su antesala, donde se obligaba a los pobres reos a esperar el momento de su
suplicio escuchando los lamentos de aquellos que corrían con la peor de las
suertes.
Evidentemente y sin ninguna duda era un
método de coacción psicológica, pues muchos de ellos se decidían lógicamente a
“confesar” cualquier cosa antes de sufrir las horribles torturas y castigos físicos.
En algunas casas las cárceles contaban con
un lugar para aseo o depósito de las inmundicias. (pero no en todas)
Un elemento muy frecuente en estos inmuebles
era una escalera modesta que comunicaba la prisión con las dependencias del tribunal,
con la única función de que los reos no pasaran por las zonas nobles de la casa.
En
ocasiones los inquisidores hacían una primera reforma en el momento previo a su
instalación y ya especialmente pensando en acondicionar las dependencias penitenciarias ,
pues en estos espacio era donde se guardaba instrumental como el potro de tortura, poleas, ataúdes, látigos,
etc….
En la Plaza de Cervantes , muy próxima a la Plazuela de san
Miguel llegaron a realizarse autos de fe de la Santa Inquisición, manteniéndose
hasta finales del Siglo XVI la columna en torno a la que se impartían los
ajusticiamientos y a cuyo pie se ubicaba el patíbulo.
DEL
PALACIO DE MONTERREY A LA SEDE DE PORTA DA MÁMOA….
O de cómo
los problemas inmobiliarios….especulativos….no son ni mucho menos de nuestros días….
Como
mencionamos al principio de este post, cuando en el año de 1574 la Inquisición se instaló en Santiago de Compostela,
lo hizo en el antiguo Palacio de los Condes de Monterrey,
situado en la Plazuela de San Miguel, y
lindando con el cierre oriental de la huerta del Monasterio benedictino de San
Martín Pinario.
Como no
podía ser de otra manera, ya desde un primer momento, la convivencia entre
ambas instituciones fue muy complicada, y los problemas no finalizaron hasta que los benedictinos se decidieron a buscar una nueva ubicación
para el Tribunal… que como veremos.. consiguieron finalmente… aunque no sin
problemas.
En el año
de 1726 el Tribunal de la Inquisición se propuso remodelar sus instalaciones en
el Palacio de Monterrey.
Por tanto,
los ministros del Santo Oficio, siguiendo para ello un proyecto encargado al Maestro Fernando de
Casas y Novoa ( responsable entre otras cosas del aspecto que hoy nos muestra
la Fachada del Obradoiro de la Catedral ), se dispusieron muy ufanos a realizar
dicha obra de reforma.
Así pues
, y conociendo la voluntad de los inquisidores, el 17 de abril de ese mismo año
de 1726 los benedictinos decidieron llamar al maestro de obras de Samos, Fray Juan
Vázquez, para que realizara un estudio completo sobre el posible efecto de la
obra sobre las propiedades del monacato.. pues se temían lo que les podía venir encima.
Literalmente
era así , ya que el peritaje realizado por el Maestro Fray Juan Vázquez descubrió que la reforma pretendida por la Santa
Inquisición usurpaba parte de sus propiedades.
El edificio proyectado para las nuevas cárceles inquisidoras, estaría localizado sobre la muralla de la huerta de
San Martín, con un corredor descubierto y ventanas hacia las dependencias
privadas de los monjes, y dentro de sus límites.
Aún así,
las obras comenzaron sin conocimiento ni por supuesto autorización de los
monjes, quienes al ver que comenzaba a asomar la edificación sobre su muralla, inmediatamente
la denunciaron ante el Consejo de la Suprema, árbitro habitual en los también
habituales enfrentamientos entre ambas instituciones…
"En
el acta de Consejo se informa acerca de la solicitud del Consejo de la Suprema “de
un pedazo de nuestra huerta, que necesitaba para la fábrica que intentaba hacer
el Santo Tribunal de esta ciudad, y que se llamase para el reconocimiento de
sitio que se pedía al maestro de obras de Samos... para que con asistencia de
los Padres maestros... reconociese lo que se pedía... y informase al P.Abad
para que pudiese responder a los Señores de la Suprema”.
( Texto extraido de documentación en : Archivo de la
Catedral de Santiago )
Los
monjes de San Benito, por tanto , tras presentar el pleito , consiguieron paralizar
momentáneamente la obra.
Curiosamente
, y según se desprende de la propia documentación existente en los archivos de
la Catedral de Santiago así como en la Universidad Compostelana , fue el propio Fernando de Casas y Novoa ¡!!!! ,
( recordemos que era el contratado por la Inquisición para dicha
remodelación ), quien facilitó a los
monjes la copias de los planos para que
lo presentasen como prueba…
La
resolución del pleito fue rápida y en mayo de 1727 ambas partes se encontraban próximas
a una acuerdo amistoso.
El pleito
derivó en la oportunidad definitiva para
los monjes de deshacerse de sus incómodos
vecinos inquisidores, con la condición de encontrarles otra propiedad para su
nueva sede
El lugar
encontrado y ofrecido por los monjes fue la Casa Grande del Hórreo:
1: Ubicada
en extramuros, ( no nos olvidemos que Santiago de Compostela era ciudad
amurallada)… con lo cual colocaban a la Inquisicion fuera de las murallas
2: Un
solar con huerta frente a la Porta da Mámoa.
3: Los
inquisidores comprarían la casa a D.
Ignacio de la Vega y Calo (propietario de tan preciada propiedad ) , por cien
mil reales, y le darían a los monjes
otros ciento cuarenta mil para llevar a cabo las reformas pertinentes.
4:La
familia de la Vega pasaba a ser aforada, y se le facilita otra vivienda a
costes pagados…
Por tanto
, y en resumen:
Pelotazo para
los monjes, que reciben 140.000 alegría para los Inquisidores,que dejan en manos de otros la obra y
reforma, y felicidad para D. Ignacio de
La vega que además de llevarse unos buenos dineros… alcanza el estatus de
aforado….
El Abad de San Martín Pinario sólo necesitaba por
todos los medios para cerrar definitivamente el acuerdo, encontrar vivienda adecuada
a Ignacio de la Vega y Calo , ( cuyo alquiler tendría que pagar su comunidad ,
empresa que le llevó más de un año!!! , ya que no era fácil de satisfacer )…….
Aún así y
cerrado el acuerdo, la nueva propiedad de la Inquisición dio problemas a los
monjes, ya que en 1764 los descontentos
herederos de la familia de la Vega interpusieron un pleito a los monjes benedictinos
al considerar que habían salido perjudicados con el arreglo alcanzado décadas
antes…
Los
herederos de Ignacio de la Vega y Calo denunciaron al monasterio de San Martín
Pinario por considerar que había habido “ynormísima lesión y engaño” en
la compra de la casa, ya que argumentaban que si por la venta de la vivienda
habían recibido cien mil reales, y los
monjes habían obtenido del Santo Oficio
ciento cuarenta mil reales más, para la compra y obras de acondicionamiento…pues
como 2+2 son 4, demandaron a los Monjes estimando
que el valor del inmueble ascendía a la
suma de ambas cantidades o sea 100.000 + 140.0000…………
EL SAMBENITO:
EL SAMBENITO:
¿¿¿ Quién no ha oído alguna vez esta expresión de llevar el "sambenito" ???
Pues el sambenito es simplemente una prenda de ropa que la Inquisición obligaba a llevar a los condenados por supuestos delitos contra la religión católica
Originalmente , se supone que era una especie de saco de lana bendecido por el párroco, de ahí la denominación de "Saco - bendito", que por asimilación con su sentido de penitencia, terminó por asociarse a San Benito
la inquisición desarrolló diversos modelos en función de los delitos de los acusados, siendo normalmente de forma rectangular, cortos ( justo hasta debajo de la cintura ), y con los hombros al aire.
Dependiendo del delito , así era el diseño del Sambenito, pues en el caso de delitos graves llevaba imágenes de llamas, hogueras o demonios, o la cruz de San Andrés ante delitos de menor importancia.
Llevar el Sambenito conllevaba también portar un cirio, ser paseados por las plazas públicas descalzos, e incluso portar esta prenda después de ser ajusticiado en la hoguera o patíbulo ante el pueblo como escarnio público y ejemplo.
Acceso
directo a planos y documentación referentes a la Inquisición en Santiago de Compostela: